martes, 22 de abril de 2014

Vitamina K

Es esencial para la coagulación sanguínea. Mantiene las concentraciones normales de los factores de la coagulación II, VII, IX y X.

La vitamina K se encuentra muy difundida en el hígado, en los vegetales verdes (col, espinacas, brócoli, chícharos y ejotes), además de que algunos componentes de la flora intestinal la sintetizan. Se encuentra también en aceites de soya, canola y de pescado.


En las mujeres adultas la ingestión adecuada es de 90mcg / día y en hombres de 120 mcg diarios.


Son poco frecuentes las carencias de esta vitamina, pero llega a presentarse por ejemplo, cuando existe alteración en el paso de la bilis al intestino., o cuando una persona recibe ciertos tipos de antibióticos que alteran el metabolismo de la vitamina K o deterioran la absorción de grasas.


Las concentraciones bajas de vitamina K circulante suelen acompañarse de una densidad mineral ósea baja. Es posible que el consumo inadecuado de vitamina K aumente el riesgo de fracturas de cadera en mujeres.



La carencia de vitamina K también se presenta en recién nacidos ya que los depósitos son bajos al nacer. Los lactantes tienen riesgo de presentar defectos en la coagulación sanguínea y finalmente una hemorragia por falta de vitamina K.

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