El cinc se absorbe en la totalidad del intestino delgado. Los
factores que afectan la absorción de este elemento incluye la necesidad de cinc
del cuerpo y la composición de la comida en la cual se consumió el cinc. Altos consumos
de calcio disminuyen su absorción., además compite con el cobre y el hierro
para la misma.
Algunas funciones del zinc incluyen la síntesis de DNA y
RNA, metabolismo de alcohol, de proteínas y el crecimiento y desarrollo
relacionado del cuerpo, defensas antioxidantes, función inmunitaria y
equilibrio de ácidos y bases en el cuerpo.
Un deterioro de la función del zinc limita la capacidad del
sistema inmunitario para que responda a desafíos como una infección bacteriana,
además de que puede provocar que ciertas células inmunitarias se activen sin
una buena razón, lo que produce radicales libres perjudiciales y estrés
oxidativo.
Las dietas ricas en proteínas también son abundantes en
zinc. Entre las mejores fuentes se encuentran las carnes magras, nueces,
frijoles, y granos enteros.
La RDR es de 11 mg al día para hombres adultos y 8 mg
diarios para mujeres adultas.
La deficiencia grave de zinc afecta el crecimiento óseo. Los
síntomas incluyen diarrea grave, incluso mortal, crecimiento deficiente,
deterioro de la función de la vitamina y
riesgo alto de neumonía. En el embarazo contribuye al incremento de la
mortalidad de lactantes y defectos del nacimiento.
La deficiencia de zinc también puede producirse por una
alteración genética en la que se deteriora la absorción de zinc, llamada
acrodermatitis enteropática.
Los suplementos de zinc que contienen de 5 a 20 veces la RDR
reducen el colesterol HDL y la absorción de cobre, una razón más para no tomar
suplementos en niveles mayores al requerido. Un consumo mayor a 100 mg diarios
causa diarrea, calambres, náuseas, vómitos y depresión del sistema inmunitario.
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