Todas las células necesitan calcio, pero más de 99% del calcio del cuerpo se
utiliza como un componente estructural de huesos y dientes. Este calcio se
representa 40% del total de minerales que se encuentran en el cuerpo y equivale
a alrededor de 1200 g. A medida que circula el calcio en el torrente sanguíneo,
proporciona los requerimientos de calcio de las células del cuerpo.
Se absorbe alrededor del 25% del calcio de los alimentos
consumidos; cuando el cuerpo requiere calcio adicional, la absorción puede ser
tan alta como 60%.
Los productos lácteos como la leche y el queso, proporcionan
alrededor del 72% del calcio de la dieta. La excepción es el queso cottage
porque durante su producción se pierde la mayor parte del calcio. El pan
blanco, los bollos, las galletas y otros alimentos elaborados con productos lácteos
son contribuyentes secundarios. Asimismo son fuentes las verduras de hojas
verdes (como espinacas), brócoli, sardinas y salmón enlatados. Sin embargo gran
parte del calcio en algunas verduras de hojas verdes (en especial la espinaca)
no se absorbe por la presencia de acido oxálico. Asimismo proporcionan mucho calcio
las versiones enriquecidas con calcio de jugo de naranja, jugo de arándanos y
otras bebidas, al igual que el yogurt, cereales para desayuno, barras para
desayuno y pan.
Los suplementos de calcio se recomiendan en personas que no
consumen leche o no pueden incorporar suficientes productos lácteos o alimentos
enriquecidos con calcio en su dieta. El carbonato de calcio tiene la concentración
más alta de calcio por peso (40%).
La ingestión adecuada de calcio para adultos varia de 1000 a
1200 mg / día para compensar las pérdidas por orina, heces y otras vías.
Los principales signos y síntomas de la deficiencia de
calcio son desmineralización ósea y dentaria, tetania y trastornos musculares y
neurológicos relacionados. Por lo común, las causas de estas manifestaciones
carenciales son la deficiencia de vitamina D, el hipoparatiroidismo o la
insuficiencia renal, pero también puede ocasionarlas la carencia nutrimental de
calcio. La falta de este elemento provoca raquitismo en los niños y
osteomalacia en los adultos.
La enfermedad más común relacionada con el calcio es la
osteoporosis: cuando el calcio sanguíneo esta bajo, el cuerpo extrae calcio de
los huesos para preservar las funciones indispensables de este mineral, como la
de conservar la actividad del corazón y los músculos. Un consumo bajo de calcio
puede aumentar la presión arterial y el riesgo de ciertos cánceres.
La falta de conservación de una masa ósea adecuada en el
cuerpo durante toda la vida conduce primero a un estado de osteopenia debido a
carencia de vitamina D, osteomalacia, uso de ciertos medicamentos, cáncer u
otros trastornos. El diagnostico de osteoporosis suele establecerse cuando la
perdida ósea es notable, ocurren fracturas, o ambas.
El exceso de calcio (más de 2500 mg / día) puede originar calcificación
de los riñones y otros órganos, irritabilidad, cefalea, insuficiencia renal, cálculos
renales, cáncer de próstata y disminución de la absorción de otros minerales.
Desarrollo y conservación
del hueso
El hueso contiene dos tipos de células: osteoblastos y osteoclastos. Los osteoblastos
secretan una matriz proteínica de colagena que forma la estructura de apoyo del
hueso. Luego maduran osteocitos y a continuación secretan mineral óseo, que
causa la mineralización del hueso. Los osteoclastos continúan destruyendo hueso
en áreas en las que este no se requiere., estas células son muy activas cuando
se consume una dieta deficiente en calcio; su actividad libera calcio de los
huesos a fin de que pueda pasar a la sangre.
El recambio óseo representa un ciclo de destrucción de hueso
por osteoclastos, seguido de nueva formación ósea por osteoblastos. De esta
manera el hueso se reforma cuando necesita responder a las demandas físicas que
se colocan en el mismo.
La perdida de hueso se inicia en la vida adulta media y en
mujeres aumenta de manera considerable en la menopausia. En varones, la perdida
ósea es lenta y constante desde los 30 años.
Coagulación sanguínea
Los iones de calcio participan en varias reacciones que conduce a la formación
de fibrina, el principal componente proteínico de un coagulo sanguíneo.
Transmisión de
impulsos nerviosos a células blanco
El impulso se transmite a través de la unión entre el nervio y sus células blanco,
llamada sinapsis. Cuando no se dispone de calcio suficiente se desarrollan de
manera espontanea impulsos nerviosos que conducen a lo que se llama tetania hipocalcémica.
Este estado se caracteriza por espasmos musculares debido a que los músculos
reciben una estimulación neural continua. La liberación o acción inadecuadas de
la hormona paratiroidea es la causa típica de hipocalcemia.
Contracción muscular
El aumento de las concentraciones de iones de calcio en una célula muscular
es un factor que permite que las proteínas contráctiles se deslicen entre sí, lo
que conduce a la contracción muscular.
Metabolismo celular
Los iones de calcio ayudan a regular el metabolismo en la célula porque
participan en el sistema de la calmodulina.
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