jueves, 29 de mayo de 2014

Fósforo

La absorción eficiente y la disponibilidad amplia en los alimentos determinan que el fósforo sea un mineral mucho menos importante que el calcio en la planeación de la dieta.


Es esencial en la estructura y función de todas las células. Es fundamental en la formación de moléculas de alta energía como el ATP. La vitamina D, así como las hormonas paratiroidea y calcitonina regulan el depósito de fosfato en forma de hidroxiapatita (el componente principal de los huesos y dientes).


El fósforo abunda en los tejidos corporales, casi el 80% está en los huesos y dientes en forma de fosfato de calcio. Es un componente de muchos sistemas enzimáticos: ATP, ADN y ARN, y los fosfolípidos de las membranas celulares. Asimismo participa en el equilibrio de ácidos y bases.

La leche, el queso, el yogurt, los productos horneados y la carne proporcionan la mayor parte del fósforo en la dieta de adultos. También son fuentes los cereales, el salvado, los huevos, las nueces y el pescado.


La RDR es de 700 mg al día para conservar una concentración sanguínea adecuada. Se absorbe hasta casi 70% del consumo dietético en adultos.


Una deficiencia crónica de fósforo puede contribuir a la perdida ósea, disminución del crecimiento y desarrollo dental deficiente. Pueden ocurrir síntomas del raquitismo en niños con deficiencia de fósforo. Los síntomas de deficiencia incluyen anorexia, pérdida de peso, debilidad, irritabilidad, articulaciones rígidas y dolor óseo. Suele encontrarse un estado marginal de fósforo en prematuros, alcohólicos, personas de mayor edad con dietas bajas en nutrimentos, personas que presentan brotes prolongados de diarrea y pérdida de peso, y personas que todos los días utilizan antiácidos que contienen aluminio.



Altas concentraciones sanguíneas de fósforo pueden favorecer la formación de precipitados de calcio y fósforo en los tejidos del cuerpo y contribuir a perdida ósea al inducir la liberación de hormona paratiroidea.

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